Sing Street:





¿Se puede explorar, describir, rememorar y apreciar la década de los 80 sin caer en la trampa de ser considerado un nostálgico ingenuo y pegajoso? Sing Street se aventura en este desafío, ofreciendo un musical que no solo evoca la nostalgia, sino que también presenta un corazón vibrante y un optimismo contagioso. Con un reparto encantador y melodías pegadizas, la película logra elevar su trama familiar y transportarnos a una época repleta de vitalidad.

Desde los acordes de A-ha hasta las influencias de The Cure, con menciones a Duran Duran, Depeche Mode y Joy Division, Sing Street demuestra ser más que un simple ejercicio de evocación musical. Los protagonistas y el director demuestran ser verdaderos conocedores de la música de los años 80, utilizando su entendimiento con propósito y evitando la trampa de querer destacar más que los demás. John Carney, el director, exhibe un dominio magistral al contar la historia, imaginando algo semejante a un Super 8, pero con música en lugar de cine: más espontáneo, sin restricciones y considerablemente más genuino.

El retorno de John Carney, el guionista y director de Once, a la pantalla grande con Sing Street es un recorrido influenciado por la música, capturando el espíritu de los 80 con melodías que se graban en la memoria, como la acertadamente titulada "Drive It Like You Stole It". A pesar de que el drama podría parecer algo forzado en momentos concretos, la película compensa con una presentación entretenida y personajes que permanecen en la memoria.

En el centro de la trama se encuentra Ferdia Walsh-Peelo, un joven actor que destaca con extraordinaria actuación, guiando al espectador a través de los altibajos del viaje del protagonista en busca del estrellato del rock and roll. Su interpretación no solo es convincente, sino también conmovedora, dejando una impresión duradera.

Sing Street va más allá de ser simplemente una comedia musical; es un testimonio de la verdadera importancia de la música en nuestras vidas. A través de sus variados temas, la película resalta la simplicidad de tener la música como refugio en situaciones adversas. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más difíciles, la música siempre está a nuestro alcance, comprendiendo y acompañándonos cuando nadie más lo hace. Sing Street es un viaje cinematográfico que no solo captura la esencia de los años 80, sino que también nos ofrece una experiencia auténtica y llena de emotividad, demostrando que la música es un hilo atemporal que conecta emociones y experiencias a lo largo del tiempo. 
Tres minutos de melodía poderosa. Hora y tres cuartos de película irresistible.
Hoy volví a los 80. Si, estuve allí. Es un buen lugar.






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